Cada hombre
cada hombre y yo:
caña seca
en la que se surca
el viento para retomar su cauce,
como si nada hubiese pasado
salvo el abrirse de
una ausencia,
un surco entre mi paso y el pasado
entre mi vida y cada vida.
A veces la vida
a veces
nos miramos en silencio
la vida y yo.
A veces duele, duele
blanca,
lentase hunde en la carne
como una botella vacía se hunde en el
estanque
que la va llenando.
a veces, en silencio, llora
y algo sagrado brilla en el mundo,
en silencio, reverbera en las palabras.
Trazos
la luna traza treguas en las noches,
bordes
entre una sombra y otra sombra,
bajo su luz, un perro
apedreado
sangra un reguero,
traza una profecía.
abajo, o dentro de la noche
un ciego camina
leyendo
con sus manos el vacío en cada grieta,
palabra a palabra
avanza hacia el final, vacío a vacío
descifra todo destino.